La sociedad actual va utilizando nuevas
definiciones sobre las aberraciones y patologías conductuales sociales y les ha
colocado bonitos nombres para disimular su fatídico concepto y desenlace. De esto nace
el análisis sobre una de las conductas predominantes en la sociedad actual, el
borreguismo y el conformismo.
Borreguismo de acuerdo a la Real Academia
Española, proviene de borrego y es una actitud de quien, sin criterio propio,
se deja llevar por las opiniones ajenas.
Conformismo es la actitud de una persona
que acepta fácilmente cualquier circunstancia pública o privada, especialmente
cuando es adversa o injusta, la persona conformista se caracteriza por aceptar
todo aquello que le sucede independientemente de que eso sea negativo o
positivo y no hacer nada para luchar en contra de lo que no le gusta o
satisface.
Cito un párrafo de la obra del dramaturgo
Inglés William Shakespeare, llamada La tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca,
o simplemente Hamlet:
“¿Miras aquella nube que tiene casi la forma
de un camello?", le pregunta a Polonio. "Sí que parece camello",
responde Polonio. "Me parece más una comadreja", dice Hamlet un
momento después. "Ahora parece comadreja", coincide Polonio. "¿O
parece una ballena?", se pregunta Hamlet. "Se parece mucho a una
ballena”, acepta Polonio.”
¿Por
qué Polonio se muestra tan de acuerdo con el príncipe de Dinamarca? Aquí está
un claro ejemplo donde el Borreguísmo hace acto de presencia.
En 1950, el Psicólogo Solomon Asch hizo
una serie de experimentos para descubrir que tanto influía un grupo en nuestras
decisiones, en los que demostraba como las personas se conforman con la norma
aunque vaya en contra de la lógica y de lo que sería su actitud normal si no se
viera condicionada por los demás. En mi opinión es una prueba contundente de la
falta de pensamiento propio en las personas en cualquier aspecto y situación de
la vida.
Solomon
realizó un interesante experimento sobre esto:
Los experimentadores, conducidos por
Solomon Asch pidieron a unos estudiantes que participaran en una “prueba de
visión”. En realidad todos los participantes del experimento excepto uno eran
cómplices del experimentador y el experimento consistía realmente en ver cómo
el estudiante restante reaccionaba frente al comportamiento de los cómplices.
El objetivo explícito de la investigación era estudiar las condiciones que
inducen a los individuos a permanecer independientes o a someterse a las
presiones de grupo cuando estas son contrarias a la realidad.
Los participantes -el sujeto verdadero y
los cómplices- estaban todos sentados en la sala de una clase en donde se les
pidió que dijeran cuál era a su juicio la longitud de varias líneas dibujadas
en una serie de exposiciones: se les preguntaba si una línea era más larga que
otra, cuáles tenían la misma longitud, entre otras. Los cómplices habían sido
preparados para dar respuestas incorrectas en los tests y determinar si ello
influía en las respuestas del otro estudiante.
El experimento se desarrolló de la
siguiente manera: se reunía a un grupo de 7 a 9 estudiantes en un aula y el
experimentador indicaba que el experimento consistiría en comparar pares de
líneas. Se les mostrarían dos tarjetas, en una aparecería una línea vertical y
en la otra tres líneas verticales de distinta longitud. Los participantes
deberían entonces indicar cuál de las tres líneas en la segunda tarjeta tenía
la misma longitud que el estándar de la primera.
Del grupo de participantes, todos excepto uno
eran en realidad cómplices del investigador, siendo el restante (sujeto
crítico) el foco del experimento, al cual se le colocó en la posición de tener
que dar su respuesta después de haber escuchado la mayoría de las respuestas de
los demás. El experimento consistía en realizar 18 comparaciones de tarjetas
teniendo los cómplices la instrucción de dar una respuesta incorrecta en 12 de
ellas.
En las dos primeras tanto los cómplices
como el sujeto crítico respondieron de forma unánime la respuesta correcta. Sin
embargo, a partir de la tercera prueba, los cómplices indican intencionalmente
una respuesta incorrecta. En ésta, el sujeto da la respuesta correcta al final,
mostrándose sorprendido por las respuestas previas (e incorrectas) de los cómplices. En la prueba siguiente la situación se repite: los
cómplices dan de forma unánime una respuesta incorrecta y el sujeto crítico
disiente dando la respuesta incorrecta pero mostrando un desconcierto mayor. Al
repetirse la situación, el sujeto crítico eventualmente cede a la presión de
grupo e indica también una respuesta incorrecta.
El experimento se repitió con 123
distintos participantes. Se encontró que aunque en circunstancias normales los
participantes daban una respuesta errónea el 1% de las veces, la presencia de
la presión de grupo causaba que los participantes se dejaran llevar por la
opción incorrecta el 36.8% de las veces
¿Vemos nuestra realidad o la de los demás?
¿Por qué si aplaude uno, terminan aplaudiendo todos?
La respuesta se determinó en La teoría del
conformismo, basada en el trabajo de Solomon Asch, que describe la relación
fundamental entre el grupo de referencia y la persona individual. Un sujeto que
no tiene la habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones, particularmente
en una crisis, lo cual llevará la toma de decisiones al grupo y su jerarquía.
El grupo es el modelo de comportamiento de la persona.
Esto nos lleva a reflexionar si en la
actualidad el Borreguismo afecta a las masas de una manera negativa. Como por
ejemplo, Hace exactamente 50 años, el psicólogo estadounidense Stanley Milgram,
diseñó un experimento único. Fuertemente cuestionado desde varios puntos de
vista y de mucha controversia, debido a la conmoción y el trauma que llegaba a
provocar en sus participantes.
El experimento buscó determinar, si
ciudadanos comunes y ordinarios de su país, eran capaces de llevar a cabo actos
de brutalidad y crueldad fuera de serie, contra otros desconocidos. El mismo,
constaba de una máquina con una serie de interruptores que activaban choques
eléctricos en forma gradual desde 15 a más de 165 voltios desde un extremo de
la habitación hacia la habitación de lado, en la cual un desconocido los
recibiría en su cuerpo tras contestar equívocamente una serie de preguntas, sin
que el primero pudiera verlo pero si escucharlo.
El participante cómplice
desde el otro lado de la habitación encargado de recibir los choques (el
alumno) que en realidad no recibe los golpes eléctricos, asegura sufrir de
problemas cardíacos y a medida que el voltaje va subiendo, comienza a quejarse
de dolor. Al llegar a los 150 voltios, expresa que ya no quiere participar, que
siente dolores en el pecho y que cree fuertemente que algo anda mal, reclamando
detener el experimento.
Toda la condolencia del
alumno es escuchada por el profesor encargado de implementar el castigo, no
obstante, ante la figura de autoridad del psicólogo (experimentador) presenciando todos los
acontecimientos y determinando que el experimento debe continuar de todos
modos, el participante continua empleando los choques.
Este experimento ha sido
recreado en la actualidad. Del 100% de las experiencias, la increíble cifra del
77% de los participantes encargados de aplicar los choques eléctricos haciendo
peligrar la vida de otro ser humano continuaron con el experimento haciendo
caso omiso a lo que el atormentado desconocido sufría por su determinación en
la otra habitación.
Los maestros encargados de
los choques se mostraban confundidos, molestos y asustados, frente a un fuerte
shock emocional, sin embargo ante la figura autoritaria del psicólogo,
continuaban empleando los choques y hacían peligrar la vida de otro ser humano
sin tener en cuenta las consecuencias.
En el experimento también se
apreció que de 12 personas, apenas un participante se negó a darle los choques
eléctricos como castigo a otro ser humano bajo cualquier circunstancia. Una
mujer, quien ni siquiera llegó a dar un solo golpe al alumno.
Por último también se
demostró que en grupos, cuando el experimento se llevaba a cabo entre dos
personas y una se negaba a realizar el brutal experimento, la otra de inmediato
coincidía en no llevar a cabo el mismo.
Esta sería la teoría de la
cosificación (agentic state), donde, según Milgram, la esencia de la obediencia
consiste en el hecho de que una persona se mira a sí misma como un instrumento
que realiza los deseos de otra persona y por lo tanto no se considera a sí
mismo responsable de sus actos. Una vez que esta transformación de la
percepción personal ha ocurrido en el individuo, todas las características
esenciales de la obediencia ocurren. Este es el fundamento del respeto militar
a la autoridad: los soldados seguirán, obedecerán y ejecutarán órdenes e
instrucciones dictadas por los superiores, con el entendimiento de que la
responsabilidad de sus actos recae en el mando de sus superiores jerárquicos.
Observando y analizando todo el historial
de lo que ocasiona por medio de los experimentos previamente vistos, puedo
decir que, este comportamiento es uno de los factores que impiden y
obstaculizan el progreso y desarrollo de los pueblos en la actualidad. Este,
recordemos, no es más que aquel que adopta una actitud dócil o de sometimiento
a otra persona o idea y que además sigue un comportamiento automático y
mimético, sin criterio propio y que son incapaces de preguntarse si lo que
hacen, o dicen, tiene fundamento lógico.
El Borrego o Borrega sufre un déficit
pernicioso en su capacidad para reflexionar independientemente o con criterio propio.
Su pensamiento esta encadenado, maniatado y trabado patológicamente a voces y
alaridos externos.
Quien crea que está lejos de estos patrones, que se pregunté
¿Por qué? más a menudo. Cada vez que ponemos como excusa a una actitud la frase
"es mi trabajo" o cada vez que te compras un reloj "porque está
de moda" demostramos, de manera totalmente inconsciente, que somos otra
"victima" de la sociedad.
Wow, excelente post, no sabía sobre esos experimentos que hacían, ¿sabes?, en la actualidad un ejemplo son las modas, las personas quieren utilizar todo lo que "está de moda", en lo personal ¡lo detesto! no entiendo porqué razón quieren ser iguales al resto, es algo que a mi me causa conflicto, si te gusta algo úsalo pero no quieras seguir absolutamente todo lo que está de moda para ser aceptado.
ResponderEliminarYo tengo una borreguita en casa.... así que ya verás nuestras broncas cuando sale el tema de "está de moda"